lunes, 13 de febrero de 2012

Edmundo Paz Soldán: “Seth y el cómic como una de las bellas artes”



Rescatamos un estupendo articulo donde el prestigiado escritor boliviano Edmundo Paz Soldán reflexiona, con sofisticado desenvolvimiento, sobre la impresión que le causo el descubrimiento de Seth, el gran autor canadiense de historieta alternativa.

Por Edmundo Paz Soldán

Hace un par de semanas, en la feria del libro de Vancouver, tuve la oportunidad de asistir a una "conversación" entre Douglas Coupland y Seth. Había leído poco de Coupland, pero la pasión que le tenían algunos escritores de mi generación me llamó a la curiosidad. Una vez que se inició el diálogo, sin embargo, fui descubriendo que en realidad se trataba de una entrevista de Coupland a Seth. Una pareja a mi lado se sentía engañada; no hubiera asistido si los organizadores llamaban a las cosas por su nombre, querían escuchar a Coupland, no a Seth. ¿Quién diablos era ese canadiense excéntrico, vestido como si hubiera salido de una película de Chaplin?

A mí Seth me cautivó desde que hizo su aparición en el escenario. A medida que pasaban los minutos, me fui enterando de que estaba ante un grande del comic contemporáneo: sus dibujos habían sido portada del New Yorker, sus relatos gráficos serializados en el New York Times. Pertenecía, junto a Chester Brown y Joe Matt, a una triada de canadienses asociados a la editorial Drawn & Quarterly, que revolucionó el comic alternativo en la década del noventa, con historias algo autobiográficas y autoreferenciales. Además, había ganado el prestigioso premio Eisner el 2005.

Lo que me llamó la atención de Seth fue su clara convicción de que los comics pertenecen a la cultura alta. No hay en él la idea de que los comics son arte pop, materiales "bajos" que, en un gesto posmo, pueden tener el mismo nivel que los de la cultura "alta". De hecho, Seth desdeña el arte pop (con algunas excepciones de la primera mitad del siglo XX). Tampoco hay en él esa idea de que, gracias a la animación en el cine y a la cada vez mayor importancia de la cultura visual, los dibujantes de comics tienen el futuro asegurado. Para él, la animación es lo opuesto a los comics: los comics son un arte que debe producir movimiento a través de cuadros estáticos, y ocupan un lugar diferente, minoritario. Un tipo de comics, el de los superhéroes de Marvel y compañía, no le interesa mucho: "Las películas idiotas de Hollywood se deben al encuentro de los guiones de superhéroes con los efectos especiales". En su postura radical, no dijo qué opinaba de grandes de la animación contemporánea como Miyazaki.

El mundo de Seth está marcado por la nostalgia. Seth suele narrar un momento que evoca otro que ya se ha ido; hay un sentido de la historia que trata en vano de sostenerse ante el avance incontenible del tiempo. Clyde Fans es la historia de los hermanos Matchcard; uno de ellos, Abe, es dueño de una compañía de ventiladores y el otro, Simón, un viajante de comercio fracasado. Los avances tecnológicos han tornado obsoleta a la compañía, y Abe se lamenta ante las oportunidades perdidas. Su monólogo muestra su quieto desasosiego, la sensación de que "algo del sabor de otros tiempos y otra gente... se ha perdido". Simón, mientras tanto, intenta vender ventiladores. Su poético y alienado deambular por la ciudad recuerda ciertas páginas del Auster de La ciudad de cristal.

No pasan muchas cosas en Clyde Fans, lo cual es raro para los que estamos acostumbrados a relacionar a los comics con la acción continua. La historia es un ejemplo perfecto de lo que entiende Seth como lo esencial para un dibujante de comics: el lograr que un personaje, a través de las diferentes viñetas, se mueva de un lugar a otro. Un arte estático produce movimiento, pero el de Seth es, sobre todo, el de la desolada intimidad de sus personajes. Hay pocos colores y pocos gestos, pero no importa: el efecto acumulativo de la historia es similar al de una novela. La práctica demuestra lo que sugiere la teoría de Seth: en sus manos, y en las de otros como Chris Ware y Allison Bechdel, el comic ha alcanzado su madurez artística.

La Tercera. 16 de noviembre 2009.

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